queriendo batir todos los recuerdos
queriendo arrastrar todos los olvidos
Aquello era como el agua
fluyendo sin cesar
abriendo los grifos
de mis ojos
Aquello era como la tierra
como mi pecho
clavando puñales.
Esperando perlas
Aquello era como el fuego
como una fogata
avivando los dolores
que ya eran cenizas,
carcomiendo mis víscera
una a una
Aquello ya no era más como un sueño
lejano, irreal,
ahora era más como el cielo.
Aquello, era como la primavera
era rojizo como la puesta del sol
era vivo como el océano.
Aquello ya no eran más mentiras.
Ya no ardían mis heridas.
Aquello,
Aquello eras tú
y bien lo sabías.